El primero muestra una explicación breve de los pasos a seguir en una emergencia, mientras que el segundo es un simulacro que realizó un Cuartel de Bomberos Voluntarios, dentro de una escuela.
La realización de planes de evacuación y de emergencia y los
simulacros se sitúan en primer término por lo que respecta a la formación en la
autoprotección y a la mejora de las condiciones de seguridad en todos los
centros de trabajo. Ayuda a su vez, especialmente a los centros escolares, a
adquirir un comportamiento correcto ante situaciones de emergencia dentro y
fuera de la escuela. Se trata, pues, de un camino paralelo al desarrollo de la
persona.
La creación de mecanismos individuales de protección ante el
riesgo de accidente deben seguir un camino paralelo al desarrollo de la persona
y, por lo tanto, deben estar muy presentes en el ámbito escolar.
Conseguir que las capacidades internas de protección se
conviertan en un hábito es una de las mejores maneras de evitar, tanto en el
presente como en el futuro, accidentes como consecuencia de actitudes
imprudentes o bien riesgos innecesarios.
Una de las actividades más interesantes en el ámbito de la
actuación en caso de emergencia consiste en la realización de ejercicios de
evacuación en los propios centros escolares.
Marco Legal
La elaboración de los planes de emergencia y evacuación en
las escuelas y la realización de simulacros se regulan mediante la Ley Nacional de Higiene y Seguridad en el Trabajo 19.587, Decreto Reglamentario 351/79, Art. 187; Ley 1346/04 GCBA y Ley 219/061. Hay que tener presente, en la
elaboración del plan de emergencia y de evacuación y, sobretodo al realizar los
simulacros, que el objetivo principal no es la realización formal de un
ejercicio en un tiempo determinado, sino la creación de unos hábitos de
comportamiento en la autoprotección que acompañen a los niños y niñas toda la
vida.
Plan de Emergencia y
Evacuación en las Escuelas
Consideraciones Generales:
Se considera situación
de emergencia la que podría estar motivada por un incendio, el anuncio de una bomba, una fuga de gas o cualquier
otro tipo de alarma que justifique la evacuación rápida del edificio o el
confinamiento de las personas que en ese momento haya.
Hablar, pues, de emergencia, no es hablar solamente de
incendio. Debemos prever otras eventualidades para que nuestro P.E.E. cubra
el máximo de casos posibles. Así pues, podemos hacer dos grandes grupos según
el tipo de reacción que deberíamos tener:
EVACUACIÓN: Se
deberá evacuar totalmente el edificio en el menor tiempo posible (incendios,
terremotos, anuncio de bomba, explosiones, deterioro grave y repentino de la
estructura del centro, hundimiento parcial del edificio, fugas de gases tóxicos
en el interior del centro, etc.)
CONFINAMIENTO: Habrá
que permanecer en el edificio hasta que los cuerpos de seguridad, emergencia o
protección civil no digan lo contrario (fugas tóxicas en fábricas o centrales
cercanas al centro, inundaciones, incendios forestales, tormentas muy
violentas, etc.)
Por lo tanto, llevar a cabo la práctica de un simulacro de
emergencia no tiene por objetivo la realización formal de un ejercicio en un
tiempo determinado, sino la creación de
unos hábitos de comportamiento en la autoprotección, teniendo en cuenta los
condicionamientos físicos y ambientales de cada edificio.
CARÁCTER DE LA EXPERIENCIA (SÓLO
EVACUACIÓN)
A efectos orientativos, en el supuesto de que sea necesaria la evacuación del centro, se pueden
considerar tiempos máximos, en el caso de un edificio escolar, los siguientes:
-
evacuación
de cada planta : 3 minutos
-
evacuación
de todo el edificio : 10 minutos
En conjunto, se estima que la duración total de una práctica
de evacuación, es decir, la interrupción de las actividades escolares, no
debería ser superior a 30 minutos.
Si bien las hipótesis que se consideren para este ejercicio
de evacuación no coinciden exactamente con las condiciones de un caso real de
fuego, de explosión, de catástrofe, etc., que serían las que determinarían cada
una de las estrategias de evacuación que habría que adoptar, con esta
experiencia lo que se pretende conseguir
es detectar las insuficiencias
principales del edificio y, a la vez, definir las medidas correctivas
particulares para cada edificio a efectos de evacuación.
Para la realización de este ejercicio práctico y con el fin
de simular una situación lo más cercana posible a la realidad en caso de
emergencia, habrá que prever la
eventualidad de que una de las salidas exteriores de la planta baja se
considere bloqueada y que se tengan que utilizar únicamente otras vías de
salida existentes en el edificio. En caso de que sólo existiera una salida
única no se aplicará, lógicamente, esta hipótesis.
El simulacro deberá realizarse en la situación de máxima ocupación del edificio o
edificios que integran el centro en la actividad escolar, así como con la
disposición normal del mobiliario, pero sin
que los alumnos hayan sido alertados previamente sobre el día y la hora del
ejercicio; los profesores – que
recibirán con anterioridad las instrucciones oportunas a efectos de
planificación del ejercicio práctico – tampoco
deberán ser conocedores ni del día ni de la hora; estos extremos estarán
determinados exclusivamente por el director del centro, según su criterio y
responsabilidad.
Se prevé que este ejercicio se ejecute sin contar con la colaboración
exterior (Cruz Roja, bomberos, Protección Civil, etc.) ya que se trata de
un simple ejercicio escolar sin causa real de emergencia. Por otro lado, una
evacuación por motivos reales también suele iniciarse sin auxilios exteriores,
de manera que se cuenta únicamente con los propios recursos.
Como consecuencia de los puntos anteriores, se deberán sacar conclusiones oportunas que sirvan
para corregir las posibles deficiencias o inadecuaciones del propio edificio.
Sobre estas deficiencias habrá que informar a los alumnos periódicamente.
CÓMO
ELABORAR UN PLAN DE EVACUACIÓN
Roles a cumplir
Por parte de la dirección del centro, se designará un coordinador general que asuma la responsabilidad total del simulacro y
coordine todas las operaciones. También se designará un coordinador
suplente.
Se designará un
coordinador por cada planta que
se responsabilizará de las acciones que se efectúen en la planta, de controlar
el tiempo de evacuación total y número de alumnos desalojados.
Con la suficiente antelación al día del simulacro, todos los profesores se reunirán con el
coordinador general y los coordinadores de planta para elaborar el plan a
seguir, de acuerdo con las características arquitectónicas de cada edificio
y prever todas las incidencias de la operación, planificar las salidas,
determinar los puntos críticos del edificio, las zonas exteriores de
concentración de los alumnos y las salidas que se tengan que utilizar y cual se
considera bloqueada a efectos de este ejercicio.
En caso de que los
alumnos a evacuar tengan que salir del recinto escolar y ocupen zonas
ajenas al centro, se tomarán las
precauciones oportunas en referencia al tráfico. En este supuesto, si salen
al exterior, se deben advertir a las autoridades o particulares que
correspondiese.
También se designará
una persona para cada salida y otra situada en el exterior del edificio,
con la finalidad de controlar el tiempo total de la evacuación.
Cada profesor se
responsabilizará de controlar los movimientos de los alumnos a su cargo, de
acuerdo con las instrucciones recibidas dadas por el coordinador general y los
coordinadores de planta.
Cada profesor, con
su clase, organizará la estrategia de su
grupo designando a los alumnos más responsables a realizar funciones
concretas como cerrar ventanas, controlar a los alumnos, controlar que no
lleven objetos personales, etc. Con esto, se pretende dar una mayor
participación a los alumnos en estos ejercicios.
Cuando hayan desalojado a todos los alumnos, cada profesor comprobará que las aulas y
los recintos que tienen asignados queden vacíos, dejarán las puertas y las
ventanas cerradas y comprobarán que ningún alumno se quede en el servicio o en
otras dependencias habitualmente vacías.
Se designarán una o varias personas para que se hagan
responsables de desconectar, después de dar las señales de alarma, las
instalaciones generales del edificio en el orden que sigue:
Gas, Electricidad, Agua (sólo si los suministros a los hidrantes son independientes de la red
general)..
En caso de haberlas, se designará una persona encargada de la evacuación de personas disminuidas o con dificultades
motrices.
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